Un remolino de gente se mueve alrededor de la obra. Todos quieren admirar de cerca y fotografiar el primer cuadro de nenúfares de Claude Monet que visita México y que, desde esta semana y hasta agosto, estará expuesto en el Museo Nacional de Arte (Munal).
El óleo en un lienzo circular hipnotiza a los visitantes que se aglomeran en el segundo piso del recinto cultural. Es sólo una de las tres piezas del artistas francés que coronan la exposición Monet. Luces del impresionismo pero la que más atención del público atrae.
La pieza Nenúfares de 1908, proveniente del Museo de Arte de Dallas, en Texas, es una de las casi 300 pinturas de estas flores acuáticas que se calcula que realizó Monet en su vida, y en ella se puede apreciar el juego de luz que caracteriza al Impresionismo, un movimiento artístico que nació en la segunda mitad del Siglo XIX y que es uno de los más admirados hasta nuestros días.
Cada año, millones de personas visitan museos como el D’Orsay, en París, o el MoMA, en Nueva York, para apreciar las obras de los impresionistas, en particular las de Monet, el artista que dio nombre a esta corriente con si obra Impresión, sol naciente, y la icónica pinacoteca mexicana se une a este destacado grupo de recintos.
La obra de Monet es una de las que mejor representa a los artistas del impresionismo, quienes buscaron plasmar la luz y el instante de una escena a través de una mezcla de colores plasmados en lienzos con pinceladas rápidas para crear un efecto óptico en el espectador.
En esta exposición del Munal, los visitantes pueden ver de cerca las pinturas de Monet, acercarse para apreciar el detalle de las pinceladas y la conjunción de colores y, después, alejarse unos pasos para apreciar la escena completa que aparece mágicamente. Ésa es la esencia del Impresionismo.
La muestra también cuenta con el cuadro Valle Buona, de 1884, también proveniente en préstamo del Museo de Arte de Dallas; y el Paisaje en Port-Villez, de 1883, que pertenece al acervo del Museo Soumaya, ambos realizadas por el padre del Impresionismo.
Pero la exposición no se limita a tres cuadros. A Monet lo acompañan obras de artistas mexicanos como Joaquín Clausell, Francisco Romano Guillemín, Armando García Nuñez, Mateo Herrera y el reconocido paisajista José María Velasco.
Destaca el caso del campechano Clausell, quien visitó a Monet en su estudio en Giverny, a invitación del artista que quedó maravillado con uno de sus cuadros.
Los artistas nacionales expuestos pintaron sus cuadros bajo el principio de centrarse en la luz y el color, por lo que comparten con Monet los preceptos del Impresionismo
El recorrido de la exposición inicia con una línea de tiempo que recorre el camino del Impresionismo en Europa y México desde 1874 hasta 1886.
Con esta información y la curaduría de la exposición se crea un diálogo entre el mayor artista impresionista y destacados pintores mexicanos que fueron tocados por esta corriente.
Los visitantes pueden vivir la misma experiencia en cada una e las piezas del pintor francés y sus contemporáneos mexicanos, al mirar de cerca las obras y después apartarse para apreciar la escena total.
La muestra Monet. Luces del impresionismo estará disponible en el Munal hasta el 27 de agosto.